domingo, 16 de abril de 2006

Lecturas saladas (2)

¡El autor, el autor!, de David Lodge. Notabilísima novelización de algunos episodios de la vida madura de Henry James. Erudita, inteligente, aguda, atormentada, divertida, llena de guiños jamesianos, de situaciones cómicas y de frases subordinadas.

Hace honor, por cierto, a la definición que hizo de la novela el conspicuo angloamericano:

"A novel is in its broadest sense a personal, a direct impression of life: that, to begin with, constitutes its value, which is greater or less according to the intensity of the impression."

(Para la solapa: "Uno de esos libros que uno desearía no acabar nunca", Lynx en Ya me gustaría)

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que tiene frases demadiado largas que, a vecesm, no se entienden muy bien (James, no Lodge)