¡El autor, el autor!, de David Lodge. Notabilísima novelización de algunos episodios de la vida madura de Henry James. Erudita, inteligente, aguda, atormentada, divertida, llena de guiños jamesianos, de situaciones cómicas y de frases subordinadas.
Hace honor, por cierto, a la definición que hizo de la novela el conspicuo angloamericano:
"A novel is in its broadest sense a personal, a direct impression of life: that, to begin with, constitutes its value, which is greater or less according to the intensity of the impression."
(Para la solapa: "Uno de esos libros que uno desearía no acabar nunca", Lynx en Ya me gustaría)
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1 comentario:
La verdad es que tiene frases demadiado largas que, a vecesm, no se entienden muy bien (James, no Lodge)
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