Lo más chocante es que sus obras sólo funcionan en fotografía, o cuando se miran desde un punto concreto, ya que la perfección de su realismo tridimensional se alcanza mediante una calculada distorsión de la imagen; de modo que si la viéramos en el pavimento desde cualquier otra posición, el resultado sería apenas reconocible.
Resulta inquietante contemplar estos trompe-l'oeil desde la perspectiva “incorrecta”. Nada parece tener sentido, pero al mismo tiempo ese déficit de coherencia nos hace dudar de si lo que creíamos ver con toda nitidez no era más que un truco de prestidigitación visual.
(¡Gracias, Vendell!)
1 comentario:
bonita foto. Tu blog es muy interesante.
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