Chicas republicanas, mujeres demócratas. Señoronas liberales, damitas conservadoras. Las Dulces y las terribles. Progres y rights. Hiperfemeninas, machorras. De miedo, de película. Las suyas, las nuestras...
¿Quién es qué?
Mientras ando buscando algo completamente distinto, me encuentro –como suele ser habitual en el Gran Baúl de la red– este viejo cartel estadounidense de agitprop neocon.
Puede que fuera la izquierda quien inventase la propaganda política agresiva, humillante y descalificadora del contrario. Pero la nueva derecha se ha espabilado.
Otro día podemos conversar sobre el fenómeno Ann Coulter, quizás la mujer mediática más controvertida de Estados Unidos. Y de sus emuladoras (o aspirantes a serlo) españolas. Mientras tanto, pueden leer,traducidos, algunos de sus contundentes artículos en Libertad Digital.
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14 comentarios:
Perdone usted, pero si la izquierda inventó la propaganda política agresiva y etc, etc, ¿no sería como una tímida defensa de lo que la derecha ha sido tradicionalmente? Es decir, atacar con actitudes, sin palabras.
Se podrían hacer cientos y cientos de comentarios machistas en los que de una u otra forma hemos participado los hombrecitos Escuchando, haciendo, asintiendo o confirmando).
Por cierto, la tal Ann Coulter merecería haber nacido en Etiopía. Pero es lo que hay, y como no son maricomplejines, que diría el otro, no hay rubor por publicarlo
anónimo trasnochador: mujeres como "la tal" ann coulter son las que en los años 40 del siglo XX nos libraron de hitler. por qué tener complejos cuando se tienen convicciones?
"... una tímida defensa..." dice el primer comentarista para justificarr a La Izquierda.
Willi Münzenberg, el inventor de la AgitProp se carcajearía en su tumba (si no fuera porque Stalin le arrancó los dientes a la vez que la vida).
Joder, anónimo, ¿qué será entonces "un ataque contrundente"?
Claro, Ms. Eloísa. Con decir que lo de uno son convicciones, todo arreglado. Pero...entonces...Hitler también tenía convicciones, no?
El cartel tiene muy mala leche. No me negarán que es convincente, independientemente de las convicciones de cada cual.
Anónimo de antes:
NO, Hitler (como Stalin) NO tenía convicciones.
Lo suyo eran las obsesiones paranoides y maníacas de un enfermo acomplejado venido a más; pero con la firme voluntad de destrucción que caracteriza al psicópata resentido.
Una joya la chica esta.
El problema de las versiones españolas es que son más cutres (comparen ER y Hospital Central...ugh) y siempre dan más repelús. Como básicamente es polemista, aquí sólo encontraría trabajo en Salsa Rosa, Tómbola, LD y en la Cope. El cierre del programa de la Campos ha sido un duro golpe para las Coulter hispanas.
Sobre la campaña, supongo que por eso en las librerías feministas americanas venden unas camisetas que dicen:
Sorry I missed church. Been too busy practicing witchcraft and becoming a lesbian.
¿Para qué tener convicciones cuando se tiene mala baba?
Eloisa, mujeres como Ann Coulter hubieran aplaudido a Hitler en los años 40 y de hecho lo hacían. Ahí tenemos a las Hijas de la Revolución Americana solicitando al departamento de Estado que prohibieran a A. Einstein emigrar a EEUU por considerar que sus teorías físicas eran un ataque a los cimientos del cristianismo. No fueron ellas las que pararon los pies al fascismo, sino las trabajadoras americanas, británicas o soviéticas que acudieron a las fábricas mientras los hombres luchaban en el frente, produciendo con su sudor la marea de acero que aplastó a Hitler. Por cierto que el gran Norman Rockwell inmortalizó esa labor en una de sus mejores portadas de la guerra, "Rosie the ribeteer". No veo nada que me recuerde a Rosie en esa pija consentida y retrógrada, que insulta a los musulmanes mientras aboga por que las mujeres estadounidenses sean tratadas igual que lo fueron Ahora que lo pienso el cartelito me trae a la mente aquella foto de un mitin electoral de la campaña que llevó a Aznar a la Moncloa por primera vez, en el que se mostraban bien enfilados los turgentes muslos de las chicas del PP (Botella, Tocino…) ataviadas de ejecutiva minifaldera. Y luego dirán de Cicciolina…
Eloisa, mujeres como Ann Coulter hubieran aplaudido a Hitler en los años 40 y de hecho lo hacían. Ahí tenemos a las Hijas de la Revolución Americana solicitando al departamento de Estado que prohibieran a A. Einstein emigrar a EEUU por considerar que sus teorías físicas eran un ataque a los cimientos del cristianismo. No fueron ellas las que pararon los pies al fascismo, sino las trabajadoras americanas, británicas o soviéticas que acudieron a las fábricas mientras los hombres luchaban en el frente, produciendo con su sudor la marea de acero que aplastó a Hitler. Por cierto que el gran Norman Rockwell inmortalizó esa labor en una de sus mejores portadas de la guerra, "Rosie the ribeteer". No veo nada que me recuerde a Rosie en esa pija consentida y retrógrada, que insulta a los musulmanes mientras aboga por que las mujeres estadounidenses sean tratadas igual que lo fueron las mujeres afganas bajo el régimen talibán.
Ahora que lo pienso el cartelito me trae a la mente aquella foto de un mitin electoral de la campaña que llevó a Aznar a la Moncloa por primera vez, en el que se mostraban bien enfilados los turgentes muslos de las chicas del PP (Botella, Tocino…) ataviadas de ejecutiva minifaldera. Y luego dirán de Cicciolina…
Para que hablar de la rubia yanki, mis queridas eloísa y japa?
Tenemos a Isabel Durán, Cristina Losada, Pilar Cernuda, Isabel San Sebastián, Carmen Gurruchaga, Cayetana Alvarez de Toledo, Edurne Iriarte...
Entre todas harían un buen cartel castizo-neocon.
Desde luego, yo las prefiero a Maruja Torres (arghhh!)
Espero no decepcionar a nadie, pero mis cromosomas son XY, no XX; muy a mi pesar, ya que la mayoría de las personas inteligentes que he conocido en mi vida (cosa de dos tercios) eran mujeres.
El cartelito me parece una de las cosas más machistas que me he echado a la cara en los últimos años. ¿Debemos entender que lo único que la derecha yanqui considera destacable de su personal femenino es un alto porcentaje de tías macizas? Supongo que por eso no está Margaret Thatcher (bueno, por eso y por no ser norteamericana).
Obviamente, me interesa bastante más el trabajo de gente como Janet Reno o Madeleine Albright que el de lumbreras como Bo Derek, igual que cogería sin dudarlo un libro de Patricia Highsmith o Doris Lessing -grandes escritoras no excesivamente agraciadas- que uno de Ana Rosa Quintana.
Ah, y, señor Lynx, no se corte: si quiere recomendar a Ann Coulter, nada como su página web personal www.anncoulter.com. A algunos les gustará; yo, la última vez que me metí, acabé con mis reservas de Almax...
Una palabra: Fascista
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