miércoles, 11 de octubre de 2006

¿Adónde van nuestros emails cuando morimos?

¿Se pierden alguna vez los correos electrónicos? ¿Cómo se devuelven los emails de amor los enamorados que rompen? ¿Dónde buscarán los biógrafos la correspondencia digital póstuma del honorable prócer?

Todo eso le pregunté un día, bien que con menos retórica, a mi amigo Ramón, amable techie (y montañero!). Corto y pego aquí su respuesta. Ciberpedagogía pura:

"El emilio nace en los dedos del internauta. Sus primeros pasos lo dirigen hasta el servidor de correo propio. Éste lo intentará transferir al servidor del destinatario, y si es necesario buscará caminos alternativos en otros servidores que lo acepten, pasando 'de mano en mano' hasta lograr su objetivo. Una vez en el servidor del destinatario, sólo resta que éste se conecte y disponga de él.

No hay cielo para los emilios, ni siquiera un e-limbo. Desconfía de los falsos profetas. Su existencia transcurre pasando de un servidor a otro hasta alcanzar a su destinatario, y si ésto no es posible desandan el camino sólo para informar del porqué de su fracaso. Como un hijo adolescente, sólo dará señales de vida en caso de problemas; en ausencia de señales, se supone que todo va bien.
Palabra de SMTP (*)
R.
(*)
En el mundo de los e-mails, SMTP es la única ley. Simple Mail Transfer Protocol. Conjunto de reglas que regulan el funcionamiento de todo este sarao. Por ejemplo:

X intenta pasar un mensaje a Y y éste no está disponible. X buscará un camino alternativo.
X intenta pasar un mensaje a Z y éste no está disponible. X lo reintentará en 2, 10, 30, 120 minutos .. hasta 48 horas.
X agota el tiempo máximo, devolverá el mensaje marcha atrás para informar del error.
(o sea: internauta <--> servidor del internauta <--> servidor X <--> servidor Y <--> ... <--> servidor del destinatario <--> destinatario)

Como ves, un e-mail sólo puede estar:

1. En los dedos del originante.
2. En un servidor o en tránsito entre ellos.
3. En la pantalla del destinatario.

De lo anterior se deduce que si echas de menos un mensaje, sólo puede estar en 2; no durará mucho tiempo allí, máximo 48 horas."

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y podemos recibir un e-mail de un difunto? Durante algún tiempo estuve esperando un correo póstumo de un ser querido que se quitó la vida para sorpres de todos. Era ante todo un "cachodo" y todos sus amigos no pudimos imaginar que se fuera sin despedirse. Pensamos que algún día encontraríamos un e-mail en nuestro buzón donde explicara las razones de su decisión. Aún hoy seguimos esperándolo.

Anónimo dijo...

Hay que ver como se están amariconando los montañeros.

Pero los peligrosos son los techies, yo conozco bien a los de su calaña... aman linux, dicen que macos es el mejor sistema operativo, pero al final utilizan windows (eso si, en inglés).

Cuenta la leyenda que uno que iba de eso tardó meses en conseguir que funcionase una tarjeta 3G ¡¡en un Mac!!

Es una leyenda, pero no te fies.

Anónimo dijo...

No estoy tan segura de lo que dice respecto a los correos electrónicos. Me consta que a mí me han mandado algunos que nunca me han llegado y tampoco regresaron al punto de partida. Un amigo me dijo que los correos viven por ahí en lugares secretos, son como las cartas de los náufragos.

Anónimo dijo...

Además de cartas en papel, conservo en algún lugar de mi guardamuebles unos cuantos diskettes con los correos electrónicos de una de mis parejas y los archivos de irc con nuestras conversaciones. O sea que esos morirán conmigo, pero no antes.

Y aún hay quien cree que no soy romántica...

Anónimo dijo...

Pues echadle un vistazo a esto. Beriberi: Aquí tienes la respuesta: https://www.postexpression.com/blog.php

Anónimo dijo...

Sólo por aportar algo más...

Aparte de la explicación magistral, Sr. Lynx, los e-mails también pueden encontrarse bloqueados por un anti-spam o en los logs de "malignos" de un anti-virus periférico.

...la labor de investigación, se delega en estos casos a los de perfil "montañero"...

Anónimo dijo...

Sé quien eres, Torombolo. Utilizas antiguas expresiones, sólo oídas en Alcorcón. Ten cuidado.