Chris Anderson es un londinense que dirige la revista norteamericana Wired. Previamente había trabajado en publicaciones tan seriosas como Nature y Science y, durante 7 años, se encargó de las excelentes páginas de ciencia y tecnología de The Economist. Sin firmar.
A finales de 2004 publicó un interesantísimo y provocativo artículo que ahora ha desarrollado y editado en forma de libro, "The Long Tail". Inédito todavía en España, "La Larga Cola" arrasa en la anglosfera y supone el bautismo teórico de la nueva economía para freaks, cuya tesis se avanza desde el subtítulo del libro: "Por qué el futuro de los negocios pasa por vender menos de más".
Explica Anderson cómo las industrias tradicionales de entretenimiento cultural se han concentrado en vender sólo productos de gran aceptación, ignorando esa "larga cola de artículos que encuentran en internet la vía ideal para llegar a públicos diversos y minoritarios con demandas distintas a las de la mayoría". Y añade: "Los productos de baja demanda y volumen de venta reducido constituyen, en conjunto, una cuota de mercado capaz de superar a los actuales hits, superventas y bestsellers". Resumiendo, o sea:
* Las economías a gran escala ya no son competitivas: el futuro está en los micronichos, explotados a través de la red, un canal barato que no requiere costes de almacenamiento.
* Triunfar al revés: "La industria cultural y del entretenimiento del siglo XX estaba orientada, y obsesionada, con los 'éxitos' de masas y los bestsellers; la del siglo XXI se enfocará hacia los 'fracasos'."
* El monopolio de la rentabilidad ya no pertenece a lo más popular: "Durante mucho tiempo hemos estado sometidos a los hits de taquilla y el pop descerebrado; los supuestos sobre 'gustos mayoritarios' se deben a un deficiente análisis de la oferta y la demanda".
* Cada consumidor es "único": "Todo el mundo se desvía del mainstream en algún momento. Las tallas únicas ya no sirven".
Concluye Anderson, filantrópico, que el beneficio cultural también será clave en este proceso: ganaremos en diversidad y originalidad, se fomentará la creatividad y la diferencia; y se terminará con la tiranía del éxito prefabricado.
El hombre tiene un blog dedicado al asunto.
5 comentarios:
A ver si alguien le pasa el link a Vicente Verdú.
Apuesto a que me den por el culo que el tal Anderson es un verdadero genio: el futuro pasa por los friquis, como aquel que hace poco despidieron por beber en el trabajo. Trabajaba en un banco de semen.
Será jerga macroeconómica, seguro, pero lo de "micronichos" suena que te cagas...
Hombre, cuando ves a un obeso seudoadolescente de 30 añitos que vive con sus padres gastarase el sueldo de un mes en reproducciones "sólo para coleccionistas" de los diversos sables laser aprecidos en la segunda Trilogía de SW, es lógico que te venga a la memoria el viejo dicho de "UN TONTO Y SU DINERO NO SIGUEN JUNTOS MUCHO TIEMPO"
Luego calculas el número de tontos disponibles y de pronto se abre ante tí un mercado de dimensiones mundiales. No hace falta ser un genio de la economía para sumar dos y dos.
Al tiempo: un año de estos veremos como anuncian la colección en fascículos del muñeco "Naranjito" con diversos uniformes deportivos, y la presentarán con expresiones como "al fin" e "imprescindible". La nostalgia siempre vende.
Hummm... "publicaciones seriosas". Con lo que sigue Lynx el mercadillo catalán, no sé si pensar que es un error o un a propósito
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