La revista norteamericana Advertising Age (Ad Age, para los amigos) es la biblia de la publicidad moderna. Desde los años 30, informa exhaustivamente y analiza los movimientos de creativos, anunciantes, agencias y medios de comunicación en el mercado más importante y competitivo del mundo.
Uno de sus más agudos columnistas, el periodista y bloguero neoyorquino Simon Dumenco –nuevo editor, por cierto, de la siempre estimulante Colors–, invita esta semana a los lectores a votar la peor portada de revista de los últimos 40 años. De momento, éstas son su propuestas (aquí arriba, un par de ellas). Pero todos podemos aportar nuestras nominaciones.
Lástima que el concurso esté restringido a publicaciones de Estado Unidos y Canadá.
(Visto en Maquetadores)
3 comentarios:
Una idea muy buena que podría aplicarse a la revista Muy Interesante, que después de 25 años en el mercado a buen seguro cuenta con portadas "horrorosas". ¿Pero qué es una portada mala? Sabemos que covers por las que hemos apostado fuerte luego no funcionan en el quiosco, y viceversa.
Aquí en el convento, hermano Lynx, las portadas que ilustran su comentario han causado una situación bastante desagradable. Estabamos la madre superiora y yo leyendo el texto cuando irrumpió en la sala el monaguillo Nicolás. Al ver las portadas, los ojos se le pusieron como soles eclipsados. Aún con la mirada clavada en las señoritas, le advertimos que eran dos de las peores portadas jamás vistas. NIcolas, en un tono insolente, señaló la cover de Wallpaper y replicó: ¿Mala portada? ¡encima que viene con un paquete de regalo! La madre superiora le amonestó y le ha castigado dos domingos sin misa.
Pues a mí que me lo expliquen: ¿cómo va a ser mala una portada que saca desnudas Keira Knigtley y Scarlett Johansson, precisamente, en el momento en que ambas actrices, preciosas, están rompiendo la pana y son las chicas de moda del mundo mundial?
Gustará más o menos la pose, o la presentación de la foto, pero, además de Vanity Fair, otras varias publicaciones habrían puesto mucho jurdó en sus millonarias cuentas corrientes para hacerse con esa misma portada, carnal, mamífera, agradable como una felación.
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