jueves, 20 de septiembre de 2007

Un lobo

Furtivo y gris en la penumbra última,
va dejando sus rastros en la margen
de este río sin nombre que ha saciado
la sed de su garganta y cuyas aguas
no repiten estrellas. Esta noche,
el lobo es una sombra que está sola
y que busca a la hembra y siente frío.
Es el último lobo de Inglaterra.
Odín y Thor lo saben. En su alta
casa de piedra un rey ha decidido
acabar con los lobos. Ya forjado
ha sido el fuerte hierro de tu muerte.
Lobo sajón, has engendrado en vano.
No basta ser cruel. Eres el último.
Mil años pasarán y un hombre viejo
te soñará en América. De nada
puede servirte ese futuro sueño.
Hoy te cercan los hombres que siguieron
por la selva los rastros que dejaste,
furtivo y gris en la penumbra última.

(J.L.B., el hombre viejo en América)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bien las últimas citas borgianas...!

Gracias Lynx querido

Anónimo dijo...

"Al pasar atentamente, amorosamente, por las páginas de un buen libro, es el libro el que pasa por nosotros. Y allí, en el hondón del alma, deja su huella"

Lo leí hoy en un artículo sobre libros, y no puedo estar más de acuerdo. :)

Nunca he leído nada de Borges. ¿Por qué libro empiezo?

Lynx dijo...

Blanca, le confieso que acabo de llegar a este hombre; pero seguro que le gusta este poema sobre la Guerra de las Malvinas (1981):

JUAN LÓPEZ y JOHN WARD

Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos.

Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras. López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward en la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer El Quijote.

El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte. Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.

Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.

El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.

Anónimo dijo...

Ha acertado, Sr. Lynx, el poema me ha conmovido. Expresa con mucha cordura el sinsentido de la guerra.

Lynx dijo...

Querida Blanca, trasladé su consulta a borgiana de pro, y esta fue su respuesta:

"Todo Borges, por el placer de leer una prosa que revolucionó la prosa, por su personal universo literario, por su genialidad, por lo que imagina, por lo que inventa, por la cultura y el pensamiento que recrea, porque cada cosa que dice, dicha por él, es literatura.
Todo: sus ensayos, sus libros de ficción, su poesía, ¡ah! y esos magníficos prólogos.
Se podría empezar por libros que le dieron fama, como "Ficciones" ,"El Aleph", "El hacedor", El libro de arena", "El informe de Brodie" pero también su poesía, o, para quien le guste la filosofía, por su "Historia de la eternidad". Y también por el Borges menos épico, el más cansado y melancólico, el último. O por sus prólogos. O por sus comentarios sobre autores y literatura ("Textos cautivos")...

La admiración por este autor me impide aconsejar una sola cosa. En el fondo creo que da igual, porque leer a Borges provoca una adicción similar a la de las bibliotecas, que, por otro lado, él tanto amó... Por muy argentino que se sintiera a veces (primeros escritos, quizás mejor no empezar por ellos), al fin no concibió otra patria que la que habita en los libros".

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias por esta información que me proporciona. La opinión de una experta siempre es útil y valiosa. :)