martes, 13 de noviembre de 2007

Ahora escucha esto...



Para muchos, la obra maestra de Chuck Jones, el padre del Coyote y el Correcaminos. Seis minutos de animación alternativa... de 1962!
(gracias a japa)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí me veo obligado a discrepar: desde mi punto de vista las obras maestras de Jones son las que realizó en el periodo de gloria de la Warner, allá en los años 50.

En cuanto a la animación por sí misma, sería el cortometraje "What's Opera, Doc?" (1957), en el que Elmer Food y Bugs Bunny revisitan la tetralogía del Anillo de Wagner, en un asombroso cortometraje en el que se suceden más de un centenar de planos diferentes en apenas siete minutos. Podemos ver todas las herramientas narrativas de una sóla tacada sin que en ningún momento estoben el desarrollo de la historieta. Esta obra está considerada dentro de la profesión como la mejor historia animada de todos los tiempos.

En lo que al nonsense se refiere, ninguna obra supera al asombroso "Rabbit Fire" (1952) y en cuanto al trabajo de creación de personajes, el fabuloso Pepe le Pew y la gata fugitiva Penélope de "For Scent-imental Reasons" (1949) rivaliza con otra de sus más originales creaciones, el perrazo Marco Antonio, amoroso protector del gatito PussiFoot en "Feed the Kitty" (1952), una historia en la que me veo siempre llorando a la vez que me río (por cierto que en "Monsters Inc" se le hizo un merecido homenaje a esa obra). Otro asombroso personaje es el misterioso Marvin, el marciano que hace pasar apuros a Duffy y Porky en "Duck Dodgers in the 24½th Century" (1953)

Y si por absurdo surrealista se trata, ahí quedan obras como la extraña historia "One Froggy Evening" 1955, en la que un absurdo sapo, artista de variedades, lleva a la locura y a la ruina a un obrero de la construcción.

Cualquiera de las obras que acabo de reseñar, y en general cualquiera de las obras de los grandes años de la Warner en los que los herederos de Tex Avery (C. Jones, I. Freleng y R. McKimson) llevaron a cabo sus cortometrajes puede dar cien sopas con honda a la inmensa mayoría de los trabajos de animación que se realizan hoy en día. Y los pocos que mantienen el tipo, como Matt Groenig, Aardman o el estudio Pixar, son devotos adoradores de su legado.

Por cierto, en una ocasión le preguntaron a McKimson porqué se cerró el equipo de producción de la Warner en los 50 (luego se volvió a reabrir para hacer cortos para TV, pero la magia ya se había ido), y éste respondió que tras años de meditarlo había llegado a la conclusión de que Jack Warner estaba convencido de que en su estudio se hacían los dibujos de Mickey Mouse, y un día se dio cuenta de que no era así.

(Mckimson es el creador entre otros del cangurito Hippety Hopper, némesis del pobre Silvestre, del hijito de SIlvestre, Junior, del feroz Diablo de Tasmania y de Foghorn Leghorn, el bocazas y gamberro Gallo Claudio)

(Para los que no lo recuerden en "Rabbitt Fire" Elmer tiene encañonado a Bugs, que afirma con calma que no es temporada de conejos, sino de patos, para indignación de Duffy, y entonces se produce el siguiente diálogo:
Bugs: "Duck season!"
Daffy: "Rabbit season!"
Bugs: "Duck season!"
Daffy: "Rabbit season!"
Bugs: "Duck season!!"
Daffy: "Rabbit season!!"
Bugs: (alterando el orden de las frases) "Rabbit season!"
Daffy: "Duck season!!!"
Bugs: "Rabbit season!!!"
Daffy: "I say it's duck season, and I say, FIRE!"

Elmer haber fuego y el pico de Duffy queda dando vueltas en torno a su cara)

Vince dijo...

Bueno, yo iba a decir algo, pero después del comentario anterior, como que me he quedado sin fuerzas... Muy original, eso sí.

Anónimo dijo...

Es que cuando me mencionan a Chuk Jones y compañía, me tocan la fibra sensible. Mi recuerdo del día que murió Franco es el de mi felcidiad de un día sin cole y viendo dibujos de Bugs Bunny y el Correcaminos desde que me desperté hasta que me acosté, con breves interrupciones para sacar al difunto de cuerpo presente y gentes varas desfilando (que por suerte eran breves, y enseguida llegaba otra de la Warner)

Precisamente hace años vi un reportaje sobre cómo trabajaban en el estudio de dibujos de la Warner. Sacaban al equipo de trabajo de Jones debatiendo el guión de un corto, y tras verlo entre todos, y antes de dibujar ni una sola rayita, salían al patio y se ponían entre dos a escenificar los diálogos mientras el resto lo veía desde todos los ángulos posibles, para asegurarse de que iba a funcionar, y de que iba a ser divertido. Era casi surrealista ver a unos señores vestidos de gente seria y formal (pantalón oscuro, camisa, tirantes, gafas años 50…) dialogando el "Rabbit Season-Duck Season"

Pensamos en los directores-guionistas, pero los dibujantes de continuidad (los encargados de animar las secuencias entre fotograma clave y fotograma clave) y los encargados del layout (el escenario) tenían un nivel que les alejaba del comñún de los mortales. No hay más que ver las diversas épocas del Correcaminos y el Coyote, cómo fue evolucionando el escenario desde un paisaje claramente identificable con los lugares monumentales como el Gran Cañón o Four Corners hasta la soberbia abstracción de los últimos grandes cortos, digna de Picasso.

Y los encargados de los efectos sonoros ¿Existe acaso un sonido de yunque mejor que el que solía oirse al caerle uno en la cabeza a Willy E. Coyote?