Llega mi hija a casa y se conecta a Tuenti. Un día tras otro. A cualquier hora. No conozco. Husmeo. Pregunto. Me cuenta. Me entero. Resulta que es la red social que ahora mismo está haciendo furor en los círculos universitarios españoles. Para quedar, para trabajar online, para chafardear, para comprar, para conocer gente afín. Si no estás en Tuenti... uhmm, mejor olvídalo.
La cosa tiene unas gotas de Friendster, algo de Tribe.net, un poco de MySpace y Ecademy, bastante de Xing, Soflow y LinkedIn. Pero en otro plan. O sea. El caso es que en muy poco tiempo, apenas dos años, ha sabido interconectar de verdad a los veinteañeros de este país. Y conectar con ellos.
Algunos ya la llaman el Facebook español, por ciertas similitudes con el hiperpopular sitio norteamericano: pero lo cierto es que esta jovencísima network –iniciativa empresarial de un malagueño, un londinense y un estadounidense, menores de 25, instalados en la calle Barquillo de Madrid– emplea mejor que ninguna otra el toque viral y la técnica del círculo de amigos en la red.
¿Quieres entrar? Sorry, tendrán que invitarte; o deberás pedir permiso a algún hermano pequeño. Una vez registrado, ya podrás añadir los contactos de tu anfitrión. Y a partir de ahí:
- Crear tu perfil con presentación, foto, aficiones y datos (edad, colegio, universidad,...)
- Añadir contactos y visualizar a los amigos de nuestros amigos, así como cualquier cambio realizado en sus perfiles.
- Realizar búsquedas de afinidad según edad, escuela, facultad, ciudad o zona de ocio preferida.
- Añadir subredes y grupos.
- Publicar entradas en tu tablón y enviar mensajes públicos o privados
- Subir y compartir fotos y visualizar las de nuestros amigos y las de los amigos de nuestros amigos.
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