Mayoría absoluta, casi unanimidad, entre los críticos: "La clase es la mejor película que hoy se está proyectando en España" ¿Y cómo no verla pues?
La cinta de Laurent Cantet es una descripción impresionista y dramatizada, al modo documental, del sistema educativo socialdemócrata postsesentayocho. Una espléndida ficción realista. Igualitarismo, multiculturalidad, buen rollito y –seguro que sin pretenderlo– la constatación poética de un fracaso absoluto. Esa alumna avergonzada que al final del curso, y de este film absorbente, le confiesa al entusiasta y simpático profesor de Lengua: "Es que no he aprendido nada".
Estoy más de acuerdo con Santiago Navajas: "La clase no merecía la Palma de Oro de Cannes". Un notable de 7, aunque no sea el cine que prefiero.
Imprescindible para profesores de secundaria en ejercicio, de la pública y de la privada; obligatoria para ministras de educación y opcional para los damnificados por la LOGSE de 1990.
Sólo le ha faltado un coloquio de cineforum al término de la proyección.
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