miércoles, 8 de abril de 2009

Mejor que nunca... el sexo a los 50



- Ven aquí y muéstrame tu papaya
- Así... sin más?
- ¿Pues y que quieres? ¿Sonido de trompetas y fuegos artificiales?

Insuperables Victoria Abril y su maduro galán mexicano (Enrique Rocha) en Mejor que nunca, la última película de la catalana Dolores Payás, que también ha firmado el guión de esta comedia.

Una saludable, descreída y divertidísima reflexión (jaja, reflexión dice; déjalo en flexión) sobre el sexo en la madurez y la irreverencia vital como elixires para combatir la corrección política y los sofocos de la cincuentena ("Pareces una central nuclear, gorda").

No me extraña nada que la cinta se exhiba casi clandestinamente en Barcelona, y sólo en una sala. Abarrotada, por cierto, un martes cualquiera por la tarde, dos meses después de su estreno.

Ese portero progresista y reciclador compulsivo (
"A ver si hablan ustedes más en catalán", "Me protege l'Estatut!"), pero chivatón como un portero de Franco; esa hija psicoterapeuta con niños multicolores adoptados y malcriados; esos Mossos d'Escuadra mongoloides y de diseño; ese progresismo trivial que impregna a las clases medias barcelonesas... Demasiado como espejo. Tan massa, tan too much, que ni siquiera han aparecido críticas del film en los diarios de la ciudad.

Pero el boca a boca sigue funcionando. Por lo demás, la peli es una farsa desternillante. Una comedieta pseudoalmodovarmexicana (no en vano la Payás inició en el Distrito Federal su carrera) con humor sutil-descarado en sus inicios que, progresivamente, se va precipitando hacia ese desenlace festivo y de
astracán que debordaría el mismísimo camarote de los Marx (y los Ozores).

Esta mujer promete.

1 comentario:

anónima dijo...

Grcs x el consejo Lynx, me lo pasé bienísimo!