Mi colega y amigo Juan Carlos Gauli, licenciado en Bellas Artes y doctor, se lanza a la blogosfera. Y lo hace con un cuaderno de bitácora personal e intimista, básicamente compuesto por sus paisajes veraniegos en tinta china y lápiz litográfico, bodegones, algún retrato... y una perla escondida en forma de relato edípico:
"Comer percebes resulta primitivo, tosco, incluso podría decirse que ordinario, se comen con fruición, cada uno va acumulando los restos en el plato formando pequeños montículos de cadáveres, hay que comerlos con las manos y es muy fácil salpicar al de al lado o mojarse la camisa, pero el sabor es excepcional, saben a mar, a rocas golpeadas por las olas, saben a tardes de domingo en la antesala del bar, sacándolos con cuidado para no quemarse de una enorme cacerola de porcelana polaca. Saben a vacaciones y a felicidad y estos en concreto están llenos de añoranza..."Algunos de sus dibujos me recuerdan a Tohaku, el pintor de haikus.
1 comentario:
estupendo el relato¡
Publicar un comentario