lunes, 15 de febrero de 2010

Nuestro extravagante cerebro


"El santo grial de las explicaciones biológicas completas de la conducta humana no está todavía a nuestro alcance, pero empieza a aflorar a partir de algunos fenómenos simples. Los neurobiólogos somos optimistas por naturaleza... Al elaborar explicaciones completas –desde las moléculas hasta las conductas, pasando por los circuitos neuronales– para algunas formas simples de aprendizaje como, por ejemplo, el condicionamiento asociativo de los párpados, es muy probable que consigamos formular algunos principios e intuiciones generales que luego podremos aplicar a fenómenos más complejos.

Así, la próxima vez que oigamos a algún político insensato despotricar acerca de cómo "esos científicos altivos, en sus torres de marfil, se gastan el dinero de los contribuyentes para averiguar cómo aprende a parpadear un conejo", podremos enviarle de inmediato un email en el que le expondremos con exactitud que
esa línea de investigación es tan decisiva porque nos lleva a comprender la base molecular de la cognición y de las enfermedades que afectan a la memoria. Un pequeño paso más en la conquista de la próxima gran frontera de la ciencia".


Gran libro.

El exdirector del Journal of Neurophysiology rebate en sus 290 páginas la creencia pseudocientífica de que el cerebro humano es la máxima expresión del llamado diseño inteligente. Linden (en la foto de arriba, un tío simpático) intenta demostrar que son, precisamente, nuestras limitaciones mentales las que han generado las principales predisposiciones y flaquezas del ser humano a lo largo de millones de años de historia evolutiva.

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