jueves, 21 de abril de 2011

El regreso de Pilar Nasarre




Palabras contra la ausencia

NARRATIVA
Los hijos de la luna
Pilar Nasarre. Huerga y Fierro Editores. Madrid, 2011. 172 páginas.
(Fotografía: Teresa Ricart)

Regresa una vez más a la novela Pilar Nasarre (Huesca, 1956) desde que hace más de veinte años publicara su primer libro 'Al otro lado' (1990). 'Los hijos de la luna' es su sexta novela. Pilar Nasarre cuenta con un público paciente y fiel que acude a cada una de las citas, aunque pasen cinco o siete años entre un título y otro. Que la espera merece la pena es evidente. "La palabra es como una forma de supervivencia" decía la autora en una entrevista. Y cabe pensar, en efecto, que la escritura es para ella un combate sin cuartel entre la fe y el escepticismo, una trinchera de palabras remansadas contra el vuelo de los días o el apagamiento de las pasiones. Un intento de regreso, en definitiva, a ella misma.

Profesora de historia, estudiosa de la filosofía, Pilar Nasarre parece escribir de modo decidido contra la nada y el olvido, contra esa injusticia metafísica que resulta ser el desvanecimiento de los sueños. Suele acudir a personajes que por su condición de artistas o intelectuales pueden aportar una mirada particularmente reflexiva a lo de cada día.

En 'Los hijos de la luna', se trata de una pareja que roza la cincuentena, Elena galerista y escenógrafa, y Jesús, científico volcado en el estudio del código genético y altamente preocupado por el uso poco escrupuloso o interesado de los nuevos descubrimientos. En tercera persona, la autora alterna los momentos de introspección cuidadosa en una y en otro, de modo que las habilidades emocionales de ella, pero también su fragilidad o sus inseguridades contrastan con la determinación racional que trata de imprimir él a todos sus actos, ya sea la recuperación de la historia de su abuelo, fusilado en la guerra, como una garantía de autenticidad, la idea del cumplimiento del deber como sentido máximo de la vida o su manifiesta torpeza para avivar el fuego del amor.

Los fantasmas de ambos, las más íntimas obsesiones, los inconfesados fracasos, se traslucen de manera poderosa en su propia relación, que acusa el desgaste de los años, pero también en la convivencia con los hijos a quienes difícilmente pueden evitarles sus personales dosis de desengaño. El propio escenario, la Barcelona actual, contagia también a los personajes sus retos y vicisitudes. Así, una historia que en buena parte de la novela parecía menor, la de una familia de emigrantes cubanos que trata de instalarse en la ciudad, se transforma en última instancia en el empeño que redime, siquiera por un tiempo, a los protagonistas, ya un tanto desalentados en el consabido paisaje de su vida. Ahí encuentran la fe que necesitaban, un renovado afán de vivir.

Al convertir en propios los anhelos y desdichas de la familia cubana, vuelven a reconocerse en quienes habían sido. Y algo semejante puede sucederle sin duda al lector atento.

JOSÉ DOMINGO DUEÑAS
(Artes & Letras, nº 336.
Suplemento cultural de Heraldo de Aragón, 21 de abril de 2011)




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde que me enteré de la aparición de la novela, he estado en dos librerías de Barcelona, La Central y Documenta y no la tenían. La encargué en Documenta, mi librería habitual, y me han dicho que hasta pasados Sant Jordi las editoriales no sirven nada porque están ahora con el tema de los suministros para el Día del Libro...¡Frustración! ¡Que buenas son "El último concierto" y la última, la de "Berlín" ( no recuerdo el título completo) Por la crítica que se puede leer en este blog, "Los Hijos de la luna" pinta muy bién.

Anónimo dijo...

En Huesca estaba en muchos puestos en los porches de Galicia: ya sabes, San Jorge, día del libro.
Espero que tenga una buena acogida.
Ayer salía el libro nombrado en una entrevista que le hacían a un librero en el Diario del Altoaragón. Lo guardo en papel. No conseguí verlo en internet.
Feliz día de San Jorge/ Jordi.

silkskin dijo...

Qué alegría! Salgo corriendo a comprarla, sabiendo de antemano que disfrutaré tanto como con los anteriores libros de Pilar.

Lynx dijo...

Gracias, Isa