La revista Anuncios celebra su fiesta anual y se lía a repartir premios: publicidad exterior, spots televisivos, cuñas de radio, gráfica de revistas, banners en la red...
Pero eluden lo principal: el product placement. La publicidad que mejor funciona hoy está por todas partes menos en los soportes clásicos. Y no es subliminal, sino explícita. ¿Recuerdan Minority Report,m aquella estomagante avalancha de marcas (Lexus, Pepsi, Reebok, Guinness, American Express, Apple MacIntosh, Gap...) como decorado comercial, casi pretexto narrativo, para las correrías del bueno?
¿Se han fijado en las teleseries y películas españolas –subvencionadas–, aplicadas con denuedo a enseñarnos los colacaos, nescafés, chivas, norits y marlboros que consumen sus protagonistas?
¿Y qué decir de nuestros deportistas-anuncio?
Más chunga parece la moda de los spots de pago camuflados en la ficción literaria. Echo un vistazo a "JPod" la última/nueva novela del microsiervo Douglas Coupland: PlayStation, Google, eBay, BMW, Red Bull, iPod, Armani... Uno está leyendo y sin querer se lleva la mano a la cartera.
¡Qué tiempos aquellos en que los héroes de Graham Greene se tomaban sus White Label y J&B sin pasar por la taquilla!
sábado, 27 de mayo de 2006
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4 comentarios:
Buen día, andaba yo por donde Vendell y decidí pasarme a visitar esto. No está mal.
Sáudos, parabéns e boa sorte
Ya no hablamos de un discreto "product placement". En la película "La isla" (por otra parte una peli que me resultó agradable de ver, pese a ser un tanto tópica) las marcas salían en solitario sin más, llenando la pantalla. Un ejemplo: el protagonista va a poner una videoconferencia, y durante unos segundos lo único que vemos en pantalla es el logo de Microsoft messenger. Ya ni subliminales ni nada.
La peli con más anuncios hasta la fecha es "Muere otro día", la última de 007, que superó a "Minority". Pero donde hay product placement a mogollón, y cada vez más, es en los videojuegos. Y no sólo en Estados Unidos: cuando se preparaba el juego de "Torrente 3", sus fabricantes iniciaron toda una campaña para que marcas conocidas se dejaran ver en sus pantallas, previo paso por caja.
Total, una peli la ves en dos horas, pero un videojuego dura bastante más.
¡Ah! Y el cine español no está subvencionado. Las ayudas públicas -por otra parte, menores que en cualquier otro país europeo- funcionan de un modo muy distinto a cómo nos han querido vender desde ciertos medios de comunicación. Otro día hablamos.
Un primo de un amigo que conoce a un hermano de su carnicero contó que una vez éste vio un capítulo de una serie en la que desayunaban de un brick de leche que sólo decía "Leche"
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