Estos otoñales chavales se llaman Donna Sheehan y Paul Reffell y están organizando una gran manifestación mundial contra la guerra para el próximo 22 de diciembre.
¿Os pilla mal la fecha? Tranquilos, ni siquiera hay que salir a la calle (incluso es mejor quedarse en casa): Donna y Paul son los activistas impulsores del primer Día del Orgasmo Global. La cosa va de que todo el mundo tenga su polvito cósmico en algún momento del primer día del invierno, mientras piensa en la paz, "para que la gigantesca liberación de energía positiva así generada actúe sincronizada y positivamente sobre el campo energético de la Tierra", y tal. Aunque no está acreditada científicamente, la idea –made in California, of course– resulta de lo más estimulante. Y un honorable pretexto para ligar si no se tiene pareja...
Lo unico seguro es que entre agosto y septiembre de 2007 se espera una miniexplosión demográfica planetaria.
domingo, 10 de diciembre de 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
11 comentarios:
Claro, estos, como están en California, pueden convocar estas cosas sin miedo a la rasca, pero la verdad es que en Madrid, el 22 de diciembre, los orgasmos mejor bajo techo.
Ja ja ja!!! Sólo por este par de locos divertidos merece la pena vivir la vida. Lástima que ese día estoy en un avión, aunque lo del mini-lavabo da morbo...
Creo que el 23 sincronizarán un salto sobre sí mismos 1200 millones de chinos
ultimamente California parece ser el ombligo delmundo
Apuntame! Haria cualquier cosa por la paz.
Y a Paz y a mi, apuntadnos también!
(se lo diré a ella, a ver si la convenzo...)
Ahí, ahí...
Menos rezos y chorradas y más ejercicio pélvico...
Eso, contra la guerra, polvos químicos, porque me da que el barbitas de marras con pinta de Chanquete tira más del citrato de sildenafilo, o sea, de la pastillita azul, que la Fernández de la Vogue de Ropero. A lo peor, con el morbo del gazmazo planetario, consigue que la sangre vuelva a fluir por sus cuerpos cavernosos corroídos por el salitre de la brisa californiana. ¡Pobre Donna! ¡Joder tío, que lo de haz el amor y no la guerra ya sirvió de excusa a los hippies para follar hasta secarse las médulas!
Aun así, si hay que sacrificarse, pues a meterse en harina. Pero permítame comentarle unas dudas que nos han saltado entre los carpienteos a raíz de la convocatoria: ¿Vale montárselo en solitario? ¿Con qué mano es políticamente correcto? ¿Cuenta el doble si el caliqueño es extramatiral? ¿Valen los gatillazos contra los "gatillos"? ¿El polvo puede ser por la retaguardia? ¿Qué me dice del menage a trois como homenage de los aliados? ¿En caso de falta de cooperante, se puede recurrir a Donna? ¿Se puede gritar en el momento de las sacudidas orgásmicas o se considera un acto violento? ¿Una polución nocturna se tiene en cuenta? ¿Si la manifestante es anaorgásmica, puede fingirlo? ¿Las multiorgásmicas pueden ser acusadas de ultrapacifistas? ¿La postura del misionero, la más usada, puede ofender a los islamistas? ¿Usar el preservativo podría interpretarse como un acto de opresión y de falta de libertad? ¿La felación no puede ser vista como un acto hostil para callar al enemigo? ¿Las parejas de novios cristianos puden saltarse este día la abstinencia? ¿Vale el 69 para conmemorar el fin de las hostilidades entre Honduras y El Salvador, y el coitus interruptus en recuerdo de los desertores? ¿Las personas con disfunciones sexuales pueden participar –es un decir– en recuerdo de la Guerra Fría? ¿Los eyaculadores precoces son insolidarios? ¿Y, en caso de extrema necesidad, puede contratarse los servicios de una meretriz o de un boy?
La verdad es que la propuesta de Paul y Donna crea muchos interrogantes. Para competir con esta creativa pareja, propongo una contramanifestación con una mayor implicación popular: meterse por via rectal un arma bélica, desde una pistola de agua hasta una ojiva nuclear, a elegir. Así podermos sentir el dolor de las guerras.
Joder, carpintero, qué complicado!
Se nota que no es usted un bicho simple
Simple, simplísimo, como el macho de cualquier especie. Pero le saco una ventaja: como pájaro que soy, el ardor libidinoso sólo me afecta -trastorna- unos meses al año. Ustedes, los machos humanos, sin embargo, tienen todo el año el cerebro emborrachado de testosterona y eso, observador de pajarillos, les nubla.
Lo de bicho sí se lo acepto sin reparos.
PD. ¿no será usted el que este fin de semana estaba con unos prismáticos debajo de mi roble fisgoneando cómo me lo montaba con una bella carpintera?
Vaya por Dios. Qué malo es el Viagra. Cuando tomaban LSD no se les iba tanto la pelota.
Más que una explosión demográfica, será la Navidad de Pfizer. Porque la gente en edad de procrear estas cosas las hace todo el año.
"Y un honorable pretexto para ligar si no se tiene pareja..." Hombre, Lynx, hoy en día las parejas sólo son necesarias para ayudar a pagar la hipoteca. Para tener orgasmos e incluso hijos, no.
Publicar un comentario