Si lo que Sarah Wildman cuenta de Madrid en su artículo del New York Times lo hubiera escrito de Barcelona, el revuelo habría sido formidable. Quizás el Parlament catalán hubiese redactado una protesta solemne.
"I love Madrid!", declara en su descargo la periodista treintañera; al fin y al cabo no deja de ser otra turista deslumbrada por las tapas y el poco dormir, que ha entregado un trabajo correcto –algo cargado de tópicos, vale– para el suplemento de viajes del fin de semana.
Más enjundia y sustancia tiene "Kafka reside en Barcelona", la sabatina intempestiva que Gregorio Morán publicaba un día antes en La Vanguardia. Quizás por eso ha pasado desapercibida.
Un aperitivo de esta larga, y densa, pieza: "Barcelona es una capital devorada por el cáncer de la autoestima y el complejo, inexistente antes de que el pujolismo le diera a todo una pátina de exultante mediocridad... Esa dialéctica letal del nosotros somos especiales... No conozco ninguna otra ciudad de España donde la diferencia entre lo que se sabe en el club y lo que se cuenta a la ciudadanía sea tan abismal..."
sábado, 3 de febrero de 2007
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4 comentarios:
ni el artículo de la gringa es polémico ni resulta ofensivo (in my humble opinion)
La Sarah en cuestión no se ha dejado ni un solo tópico. Yo no se lo hubiera publicado. El de Gregorio Morán sobre Barcelona es mucho mejor. Cuenta horrores de una Barcelona en la que yo viví y disfruté y que ahora no reconozco. Ahí siguen, encerraditos con un solo juguete...
¿Cómo, donde y por qué se origina este revuelo? No entiendo nada.
Gregorio Morán siempre es muy entretenido de leer :-)
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