miércoles, 14 de marzo de 2007

Ojo con fusilar

Plagiar, fusilar, firmar como propios los trabajos o ideas de otros... Engañar.

En los viejos tiempos, copiar bien era un arte. Y también una pesadilla para los profesores que debían corregir y evaluar los trabajos de 20 alumnos en un fin de semana.

En la era del copy-paste, el problema se ha desmadrado: detectar al listillo que corta y pega, copia, plagia, fusila o contextualiza a las bravas, requiere habilidades extremas. Paciencia y métodos extraordinarios.

Hasta hace poco, examinadores, editores, abogados, redactores jefes... podían recurrir a Google para localizar insertos llamativos o secuencias de palabras de originalidad dudosa. Ahora ya tienen
Turnitin, una sencilla herramienta de software para la detección de plagios en trabajos académicos y similares.

Y hay muchos otros: más sofisticados, como iThenticate, para comprobaciones legales de contenidos de propiedad intelectual; copycatch ("especialistas en encontrar similaridades"), copyfind....

En el rincón del vago ya están pensando en reciclarse...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

la hostia

Anónimo dijo...

Este es mi fin!!!!

Anónimo dijo...

¿Y qué hago yo ahora?