Además de albergar la catedral más gótica de España, la ciudad de León será –por voluntad de su ilustrísimo hijo Rodríguez Zapatero– flamante sede del nuevo Centro Nacional de Tratamiento de Denuncias Automáticas, que se encargará de enviar a los conductores millones de sanciones de tráfico de dudosa constitucionalidad. Junto a la información de los radares y cámaras, sistemas de control de velocidad media permitirán que se registre automáticamente tanto la velocidad en tramos de carretera, como la distancia de seguridad entre vehículos o la disciplina de los conductores en los semáforos o ante las señales de stop.
Características notables de lo que se nos viene encima -antes de fin de año– serán la rapidez (48 horas entre la hipotética infracción y notificación) y la ausencia de intervención de agentes de la autoridad...
¿Pero quién identificará entonces al conductor/infractor? ¿Y quién detendrá al suicida que conduzca borracho?
6 comentarios:
Lo siguiente será el Centro Nacional de Tratamiento de Denuncias Aleatorias, ya verá usted.
Dios, la foto es genial, ¡se balancea en el crucifijo! XD
Si. He pasado del texto tras mirar la imagen. Pensaba que pocas cosas podrían sorprenderme y mucho menos turbarme. Tonterías de creyente. Es una foto curiosa y sólo un pedazo de metal de plástico.
Ya sólo falta que prohíban el coche para evitar los accidentes. No recordaba yo un gobierno con tanto afán prohibicionista y/o amenazante. El problema es que si todo esto lo hiciera el PP, las protestas serían masivas ante tanto abuso de poder. Pero parece que si lo hace el PSOE da pudor salir a la calle a protestar para que no te llamen facha o pepero. Un asco.
Ayyy, señor. Ven dos o tres teleseries de abogados y ya se creen preparados para un master.
Como en un viejo chiste de mi adolescencia, el gobierno está decidido a que vivamos muchos, muchos años, y si eso no es posible, a que nos aburramos tanto que el tiempo se nos haga larguíiiisimo y 50 años nos parezcan 100. Nada de alcoho, tabaco o comidas grasas, nada de sal, nada de azucar, nada de conducir… lo siguiente será prohibir la lectura de novelas demasiado emocionantes, no sea que nos afecte demasiado al corazón
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