Tuve la suerte, y el honor, de trabajar con Cristina Peri Rossi en la delegación barcelonesa del semanario Opinión. Finales de los 70. Dulce y discreta, la peripecia personal de Cristina nos era relatada con unción a los lobeznos de la redacción (Álex, Sergio, Antich...) por curtidos periodistas de la Transición, en la redacción contigua de Por Favor. Sin que Cristina nos oyera.
En ese relato, Barcelona era siempre el final feliz de una historia en la que vida, libertad y literatura habían pendido de un hilo. Afortunadamente, la tijera –caprichosa y brutal, mezquina, con botas altas y fusta– parecía haber quedado al otro lado del Atlántico. España, Cataluña sobre todo, era tierra de promisión para los espíritus libres. Como Cristina.
Despertemos del sueño: el Consell d'Administració de la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió (CCRTV) no usa botas y fusta, todavía; pero sí ha prohibido la participación de la poetisa Peri Rossi en Catalunya Radio, la emisora donde la escritora uruguaya (nacionalizada española desde el año que murió Franco) venía colaborando como tertuliana. ¿Motivos?: habla en castellano, no sabe catalán, o no lo ha aprendido, o no le da la gana... y vive en Barcelona desde 1974!
El veto lingüístico-político-identitario se extiende a todos los colaboradores y periodistas de TV3 que no hablen en la lengua de la construcción nacional; o mejor dicho, sólo a quienes hablen en español (a los invitados extranjeros se los subtitula sin problemas).
- La web de Cristina Peri-Rossi, aquí >>
- La opinión de Julia Navarro, aquí >>
- El post de Arcadi Espada >>
- La opinión (?) de El País>>
(...y más en e-notícies; lo mejor, los comentarios de la peña)
11 comentarios:
Ganas me dan de condenar al ostracismo a los/as profesionales catalanes/as que trabajan en las televisiones y radios de Madrid y que no hablan correctamente el castellano porque tienen acento foráneo. Pero no lo voy a reivindicar porque sería ponernos a su altura (?). Es desolador ver cómo la gente catalana no se manifiesta en la calle por los apagones, por la cutrez de sus trenes de Cercanías, etc, etc, pero si se ponen bravos con el Rey y con los castellanoparlantes. Qué peligroso es todo eso, qué sociedad tan dirigida y bovina...
No creo que hable usted en serio, Davidia: Carles Francino, familia Sardá, familia Milá, Bassets, Vidal-Folch y medio staff de El País, Gemma Nierga, Buenafuente...
¿Trabajó usted con Peri Rossi? ¡Qué lujo, sr Lynx! (lujo al que ahora voluntariamente renuncian otros, desafortunadamente...)
Me acuerdo de aquella maravillosa Barcelona de finales de los 70...abierta de verdad. Y eso que Franco todavía estaba caliente.
No puedo, no quiero entender lo que está pasando/ha pasado.
Y, sí, parece que la gente que debería y podría hacer algo está, como se dice ahora,mirando para otro lado.
Lo siento por Peri Rossi, y también por Barcelona; sentimental que es una. A mi no me echaron, pero yo misma decidí marcharme, mediados de los 90, cuando la "normalización lingüística" cayó sobre los funcionarios de la Enseñanza Pública. No se qué es peor...
Naturalmente, en la famosa Transición (79, 80, 81...) apoyamos las reivindicaciones catalanistas, como si fuéramos catalanes, sintiéndonos catalanes; nos llegamos a creer aquel bonito –y cínico– slogan de "Es catalán quien vive y trabaja en Catalunya", jeje, se imaginan?
Si tienen oportunidad, no se pierdan el artículo que CPR publica hoy en El Mundo:
"Creo haber sufrido un claro caso de persecución lingüística, como otras veces he sufrido persecución política, bajo la dictadura uruguaya o franquista... Los fascismos tienen algo en común: siempre son excluyentes. Excluyen por motivos ideológicos, de raza, de sexo... o de lengua. Y es paradójico que me ocurra a mí, Premio Ciudad de Barcelona de Poesía en 1992 por el libro que se titula precisamente 'Babel bárbara' y donde se exalta la diversidad de lenguas, la Babel mítica. ¿Paradójico o síntoma de los tiempos que corren? Quizás no sea casual. Quien defiende Babel hoy en Cataluña es discriminada".
"Anónimo:No creo que hable usted en serio, Davidia: Carles Francino, familia Sardá, familia Milá, Bassets, Vidal-Folch y medio staff de El País, Gemma Nierga, Buenafuente..."
Y digo yo: ¿Alguno de ellos se ha solidarizado con Peri Rossi y ha crticado su expulsión de la radio? Porque lo que yo he oído en algunos profesionales catalanes es que debería saber catalán porque lleva en BCN desde 1974. Esto es: que se lo tiene merecido. Mal vamos..
Aunque en 30 y tantos años uno puede aprender catalán e incluso chino mandarín (si a uno le apetece claro), la verdad yo creo que el despido de Peri Rossi es una metedura de pata completa y hasta el fondo, sencillamente porque no viene a cuento y porque la imagen mediática que se desprende de todo este barullo es de "discriminación", término que no favorece a nadie y que puede crispar a muchos o indignar a los pocos que con nada ya saltan. En todo caso, que los locutores y presentadores de la radio y televisión catalanas hablen en catalán (con el acento que sea) me parece de una lógica aplastante, pero si se refiere a colaboradores o tertulianos la cosa es más delicada, como se ha demostrado con esta noticia, porque se trata de gente que mayormente trabaja fuera de estos medios de comunicación y sus realidades pueden ser muy distintas: desde venir de Uruguay a proceder de la China mandarina, y ahí, en los distintos orígenes y circunstancias es donde yo, que me considero catalán (no por orgullo sino por eliminación), es donde el respeto, entendimiento y comprensión se tienen que sacar a relucir, no?
ps.- Lectrice, opino que no es mucho pedir que la Enseñanza Pública en Catalunya se vehicule en catalán..., y no es ningún lastre para nadie, no por eso dejas de aprender castellano, y quien no lo aprende es que no da más de si, tontos los hay en todos sitios. Yo, que me he educado en la supuesta "inmersión lingüística" que muchos denuncian y criminalizan por excluyente, puedo sentirme contento de poder acceder por igual a dos culturas como son la catalana y la castellana. Y tan pancho!
Saludos
Poca pena me da la Perirrossi; es la clásica historia de "vinieron a por los x, pero como yo no era x, no me preocupé; hasta que al final, vinieron por mi".
Desde que el nazionalismo se hizo con el poder en Cat, la poetisa no ha hecho mñás que hacer fe de profesión catalanista y hasta pedir disculpas cuando "por error" la han asociado a Babeles y Ciutadans. Ella sólo quería vivir sin problemas, "sin meterse en política".
Hasta que le ha tocado: han venido a por ti, Maricris, tus connazionales.
Siendo ella misma una profesional del relato breve, eso que comúnmente suele llamarse cuento, estoy seguro de que Cristina Peri Rossi conoce bien cierta narración de Cesare Pavese. Aquella en la que sostenía que el fascio redentor comenzó a ganar de verdad la partida en el interior de un viejo vagón destartalado que atravesaba la Italia profunda. Era verano y hacía un calor asfixiante. Los pasajeros, agotados, trataban inútilmente de dormir. Todos chorreaban sudor, agolpados unos contra otros. El traqueteo desacompasado del convoy, los incómodos asientos de madera, el humo de la chimenea, el ruido infernal, se aliaban para hacer más insufrible la lentitud de aquella carraca.
De repente, un camisa negra se puso en pie y dio en vociferar. Berreaba sandeces sobre el pueblo, la lengua y la patria. Aquel hombrecillo se iba excitando cada vez más. El tipo parecía incansable. Y lo era. No obstante, las lerdas estupideces que mascullaba sin parar podrían haber sido refutadas y ridiculizadas por muchos de los que viajaban a su lado. Sin embargo, ninguno tuvo el valor de hacerlo. Todos permanecieron callados durante la travesía: les pudo la fatiga, el sopor, la pereza y, por qué ocultarlo, también el miedo a meterse en líos. Así, el hombrín grotesco y fanático continuó parloteando y parloteando sin que nadie le replicase, hasta que el tren llegó a su destino. Concluía Pavese que, justo seis meses después de aquella travesía, empezó la Marcha sobre Roma.
La señora Rossi gozó durante años de un privilegio al que muy pocos acceden: unos potentes micrófonos desde los que pudo haber alertado a sus conciudadanos sobre el acelerado deterioro que sufren las libertades civiles en Cataluña. Pudo mas no quiso. Así, mientras le reservaron su cómodo asiento en el vagón de primera, la señora Rossi, obediente y agradecida, mantuvo la boca cerrada. Hoy, circula por ahí un airado manifiesto en el que otros ilustres muditos del establishment cultural catalán se rasgan las vestiduras porque "la escritora Cristina Peri Rossi ha sido despedida de Catalunya Ràdio por hablar en castellano". Nada más lejos de la realidad. La señora Rossi jamás de los jamases habló en castellano desde los estudios de Catalunya Ràdio. Al revés, el servicio profesional que ella prestaba allí consistía en lo contrario: callaba en castellano. Por lo demás, era un trato justo: ella callaba y ellos le pagaban.
Si ahora la han echado es, simplemente, porque silencios como el suyo ya tienen muy poco valor de cambio en el mercado. ¿A qué viene, pues, tanto escándalo y tanta lágrima de cocodrilo? Señora Rossi, hágame caso, sáquese el nivel C y permanezca calladita, igual que hiciera durante los últimos treinta años. Ya verá cómo, al final, se apiadan de usted y antes del plebiscito de 2014 le regalan un abono para el AVE.
¡Ah! ¿Entonces ella creía que, calladita y sumisa como estaba, los "camisas negras" no se fijarían en ella? Pues esas jugadas salen caras, Cristina. Ya no me fío tanto de ti.
Yo conozo a una Pérez García, catalanista e independentista más fanática que nadie. Pero sólo la usan. Nunca la aceptarán entre los suyos, porque sus apellidos no son catalanes, luego puros, sino castellanos, luego xarnegos. Ya se lo he dicho más de una vez, pero ella ni me escucha.
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