El estudio, aplicable a Estados Unidos, compara doscientas ocupaciones y tiene en cuenta criterios como: condiciones ambientales físicas y emocionales; salario; posicionamiento en el mercado laboral presente y futuro; y estrés y esfuerzo físico inherentes a la profesión. Los resultados se basan en datos estadísticos y en la propia experiencia del autor, Les Krantz, especialista en el mercado laboral.
Encabezando la lista de mejores profesiones está la de matemático, seguida de notario; estadístico; biólogo; ingeniero de software; analista de sistemas; historiador; sociólogo; diseñador industrial; y contable. No están mal situados los filósofos (puesto 12); los físicos (13) ni los astrónomos (20).
En cambio, los peores trabajos serían: leñador; granjero; taxista; pescador; técnico de emergencias médicas; reparador de tejados; basurero; soldador; peón; metalúrgico. Los bomberos, los técnicos de centrales nucleares y los cuidadores infantiles también están en esta parte del ranking.
El estudio valora peor las profesiones de mayor esfuerzo y riesgo físico; aquéllas con duras condiciones ambientales –humos o compuestos tóxicos- y emocionales –alta competitividad, trato directo con el público, responsabilidad sobre otros (lo que explica la mala puntuación de los cuidadores infantiles); y con una alta tasa de paro en años recientes. También restan puntos las jornadas muy prolongadas.
Los matemáticos obtienen la mejor puntuación al sumar todos los apartados anteriores. Krantz reconoce que la profesión de matemático tiene y seguirá teniendo demanda en el mercado de trabajo, entre otras cosas por su gran versatilidad.
Como explica el Departamento de Trabajo estadounidense, un matemático puede emplearse desde en una universidad hasta en un laboratorio médico, una productora de cine, en el sector informático, financiero, farmacéutico, aeroespacial o incluso en aseguradoras. Este organismo estima en su Guía Ocupacional 2008 2009 que la demanda de matemáticos subirá en un 10% de aquí a 2016. Es un dato en línea con estudios de la Real Sociedad Matemática Española que muestran que el paro es prácticamente nulo entre los matemáticos.
Y eso que el informe de CareerCast no tiene en cuenta otro aspecto muy importante para los matemáticos: el placer personal que proporciona el trabajo. Según Marco Antonio López Cerdá, de la Universidad de Alicante y coordinador del proyecto Consolider i-Math, "el matemático activo vive cada día una aventura intelectual nueva, la de enfrentarse a un problema difícil, luchar a brazo partido con las dificultades que encuentra a la hora de resolverlo y, eventualmente, experimentar la sensación de inmensa satisfacción cuando descubre, por fin, la solución al problema que durante cierto tiempo le ha obsesionado".
Añade un consejo este hombre para quien piense dedicarse a esta ciencia: "Que no lo dude ni un segundo; debe saber que las matemáticas están hoy como nunca en la vanguardia del avance científico, y que su protagonismo es máximo a la hora de abordar los auténticos desafíos científicos procedentes de la ingeniería, la economía y los problemas medioambientales".
Más aquí, en The Wall Street Journal >>
... y aquí>> ¿A qué se dedica un matemático?
(Vía Divulga)
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