Libros y nombres, angustias y recuerdos
Resulta conmovedor ver cómo nos surgen todos los días, acá, allá y acullá, página par, doble página, análisis previo a la publicidad, entrevista a ser posible en el Gara, no de unos, sino de casi todos, comentario mitinero de cualquier paladín de la armonía, gallego o no, andaluz, catalán, "or both ways", gentes todas que nos invitan a pagar precios -ridículos dicen- perfectamente aceptables por algo que ninguno hemos pedido que yo sepa, salvo por supuesto, quienes se aprestan a cobrar. En sinopsis, se constata que quienes quieren cobrar son tan entusiastas valedores "del proceso" como quienes quieren pagar con bien ajeno. Gloriosa y desenfadada es la legión de intérpretes, reintérpretes, peritos, valoradores, verificadores y demás gente sensible y sensata que nos advierte de que en este mundo -con Hamás o Ahmadineyad, con Castro o con Chávez, con los Hermanos Musulmanes o con los peores delincuentes del movimiento patriota de Otegui u otros secuestradores frustrados o consumados- se pueden desactivar las amenazas a base de entender a quienes las pronuncian y acatar sus razones. Son los que se enfadan con quien recuerda que los paganos sólo querían justicia y seguridad y en ningún caso tienen la impresión generalizada de deber nada a los secuestradores de Ortega Lara. Ni nada que podamos ceder amablemente al gobierno para que juegue a la brisca con quienes aún no se han quitado siquiera la capucha.
Treinta líneas ya y sólo hemos expuesto obviedades. (más)
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14 comentarios:
Lo siento, soy incapaz de linkar una página de suscripción.
Aquí está el resto del artículo:
.../...
"Tristes obviedades, que diría Peter Handke; por cierto, premiado con uno de los principales galardones de Alemania, el Heine-Preis -nada menos que el Heinrich Heine Preis- y muchos se preguntarán por qué y todos podrán recurrir a la obviedad de la grandeza de la obra de Heine, pero todos sospecharán que quienes se lo daban como quienes quieren quitárselo obran inducidos por aquellos que querían representar al apologeta del crimen miloseviciano en París en el Odeón y aquellos que no querían ver en el Odeón a quien ya escribe más por molestar que por arrullarse a sí mismo, motivo de su mejor prosa. No puede excluirse que Handke se cargue el prestigioso Premio Heine. El poeta al menos está a salvo.
Volviendo a la vida real, no dejen de leer el último número de la revista de Letras Libres que Enrique Krauze nos pública en Madrid de la mano de Ricardo Cayuela. Magnífico número para desmontar esas infinitas letanías mentirosas de los experimentadores sociales en híbrido con los redentores nacionales. Vocación de laboratorio social y angustia identitaria suman producto del que arrepentirse, según cuenta la historia y recuerda Benedicto XVI en el campo II de Oswieczim. Ratzinger habló bien, con alguna frase peligrosa. Un hombre tan reflexivo no puede exonerar tanto. Corre el riesgo de ser malentendido.
Florencio Domínguez ha terminado un libro sobre Josu Ternera -ese hombre tan similar a los que Berlín mandaba al sur de Polonia a labores de despoblación-, en el que demuestra que sabe mucho más de nuestros auténticos enemigos que el presidente del Gobierno ya lanzado por una senda del aforismo que tanta vergüenza nos haría pasar si alguien creyera que después del "la cintura es la esencia de la democracia", pudiera superarse. Lo presentó ayer en Madrid la socialista Rosa Díez que, a su vez, tiene un libro ya en la Feria del Libro, Porque tengo hijos (Adhara). Y el entrañable y lúcido Carlos Franqui trae también libro; Cuba la revolución: Mito o realidad. Aunque el título es como para decapitar al editor imaginativo, nadie debiera dejar de aprender de los recuerdos de este valiente "castrista degenerado". Vaclav Havel dirige en Bruselas un acto de repudio a Castro y de solidaridad con los presos cubanos en Bruselas, gran ocasión para tantos de acordarse del antifascismo y anticomunismo -los mismos de la misma calidad-. Nuestro Ahmadineyad avisa desde una impresionante entrevista en el Spiegel. Sinopsis: "Si existió el Holocausto, que no creo, estupendo. Si no, hay que remachar. ¿Lo hacemos juntos o nosotros solos?". Léanlo, pongan cara de israelí y tiéntense a ver si les entran ganas de lanzarse generosos al "proceso" de Josu Teherán.
(Hermann Tertsch, El País, 30/V/06)
Escribe bien, un poco trompetero para mi gusto, pero a este chico ya le huele el culo a pólvora...
Too heavy, to be able to analyse, even to undertand
Por favor, cuando usted escriba estas cosas, piense en quién las va a leer, cuándo y en qué contexto.
En mi caso, después de 30 kms de vuelta a casa, con avión y tren incluidos, lamento decir que no estoy para nada.
atentamente.
Y luego dicen que en las redacciones ya no se bebe
NI POLVORA NI NADA, DON JESUS. TRAS LA SALIDA DE ESPADA, ESTE SEÑOR LE VIENE MUY BIEN A "EL PAIS" PARA SEGUIR HACIENDO CREER (A QUIEN QUIERA CREERSELO) QUE ES UN PERIODICO PLURAL.
un artículo de puta madre, lo suscribo
Por supuesto que el dueño de este blog puede escribir de lo que quiera, faltaría más; pero es el primer texto que mete sobre política, y al segundo empiezan a aparecer comentarios sobre la integridad o independencia de determinada gente o determinados medios de comunicación.
Un tema que nos ha acabado provocando indigestión a muchos. ¿También aquí?
No había leído nada de este tío, pero lo veo un pelín provocador, lo cual no me parece necesariamente mal.
(Egunon, y enhorabuena por el blog!)
Tama: creo que ni es el primero ni lo ha escrito el dueño de este blog
malos tiempos para la épica, amigos
Este señor, Tertsch... de qué va?
Con quién va?
Adónde va?
¿Alguien me puede dar una pista?
Maite Soroa
Otro nombre para el Debate
Ayer empezó en Madrid lo que, pomposamente, llaman «Debate sobre el estado de la Nación». Española, claro. Y a Fernando Jáuregui le parece que el título debiera ser otro. Decía en “La Opinión” que «debería llamarse ‘debate sobre la conveniencia o no de meter a Arnaldo Otegi en la cárcel’. Que es de lo que se discute en las profundidades de la política y en los cenáculos de la justicia, en medio de una radical disparidad de opiniones». Y así concluía que «va a resultar inútil que el presidente Zapatero trate de salir del paso anunciando un próximo, incluso inminente, debate parlamentario específico sobre la negociación con ETA. Ya este debate sobre el estado de la nación habrá de girar en buena parte sobre los modos, los tiempos y las condiciones en los que tendrán lugar los próximos contactos con la banda terrorista. Si es que, advierten en medios próximos al Gobierno, quienes se empeñan en lanzar por la borda todo el proceso no logran hacer realidad sus planes».
El veterano opinador sentenciaba que «los debates sobre el estado de la nación rara vez tienen algo de constructivo». Y lo que más lamentaba era la posibilidad de que «para colmo, la sombra de Arnaldo Otegi se erija como gran protagonista más o menos tácito entre los parlamentos del jefe del Gobierno, del jefe de la oposición y de los líderes de los restantes grupos parlamentarios. ¿Hay que encarcelar a Otegi o no hay que hacerlo? Los jueces discrepan, los fiscales también, los medios lo mismo y no hablemos ya de las fuerzas políticas. (...) ¿Hace bien Grande-Marlaska empeñándose en la prisión del hombre que se ha colocado al frente de una fantasmal ‘comisión negociadora’ de la paz?». O sea, que lo de la «independencia» del Poder Judicial es un camelo. Yo ya lo intuía.
Se debate en la duda el columnista y se pregunta: «¿Qué tiene todo ello que ver con el encarcelamiento o no de Arnaldo Otegi? Pues ya lo ven ustedes: mucho más de lo que parece. ¿Estamos o no en condiciones de abrir un portillo hacia una nueva era, llena, como todo inicio de etapa, de incertidumbres? ¿Nos fiamos de quien está encargado de la apertura de esa puerta? ¿O más bien estamos convencidos de que todo se irá al traste, porque no se dan las condiciones que garanticen el éxito? Eso, personalizado en el futuro carcelario o en libertad de un personaje como Otegi, es lo que se discute, nada menos, en este debate sobre el estado de la nación. Menuda papeleta». Ya ven lo despistados que andan. - msoroa@gara.net
Pues yo no conozco a este señor, pero el artículo en concreto me parece un ejemplo de todo lo que no debería hacerse en periodismo. Además de ser tendencioso, está pésimamente redactado.
"Treinta líneas ya y sólo hemos expuesto obviedades."
Cierto. Y las que siguen, también sobran.
"Resulta conmovedor ver cómo nos surgen todos los días, acá, allá y acullá, página par, doble página, análisis previo a la publicidad, entrevista a ser posible en el Gara, no de unos, sino de casi todos, comentario mitinero de cualquier paladín de la armonía, gallego o no, andaluz, catalán, "or both ways", gentes todas que nos invitan a pagar precios -ridículos dicen- perfectamente aceptables por algo que ninguno hemos pedido que yo sepa, salvo por supuesto, quienes se aprestan a cobrar."
¡Toma frase! A no ser que como explica Vila-Matas en La Asesina Ilustrada, uno se proponga matar al lector, yo aconsejaría mayor concisión. En inglés el consejo es "cut the crap": si lo puedes decir en tres líneas no utilices trescientas.
"Magnífico número para desmontar esas infinitas letanías mentirosas de los experimentadores sociales en híbrido con los redentores nacionales." ¿ein? Esto es como el Código da Vinci. Necesito la clave.
La prosa florida, la acumulación de nombres propios y el pasar de un tema a otro sin más - en el mismo artículo opina de nacionalismos, terrorismo, del gobierno, de libros varios, del Papa, de Fidel Castro y del Holocausto ¡wow!- a mí sólo me dicen que el pobre tiene un cacao mental importante.
Para entender este artículo (mi cerebro desconectó en la frase asesina - mi instinto de conservación) hay que leerlo varias veces. Y aún así. Siempre he pensado "dime como hablas (y escribes) y te diré quien eres". La gente que tiene ideas claras, se expresa con un lenguaje claro también. A lo mejor es sólo un prejuicio mío, claro.
En fin, como decía al principio del artículo no tengo ni idea de quién es. A lo mejor resulta que estoy criticando a una vaca sagrada del periodismo. Lo siento por él, yo no soy mitómana. Si este texto fuera de un alumno mío, no estaría aprobado.
A veces pienso que tendrán que pasar dos generaciones para que se vean las cosas de forma distinta. Pero todo es discutible. Y el sr. Tertsch padece de la enfermedad de la inmediatez, aunque para ello intente acudir a la historia europea reciente, la cual, evidentemente, no le gusta un pelo.
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