domingo, 28 de marzo de 2010

Pestiño de "La cinta blanca"




Un bluff presuntuoso y manierista. Una parábola trucada para bienpensantes adocenados. Una pirotecnia artificiosa con pretensiones morales.

Un tostón inacabable de dos horas y media.

Eso me ha parecido La cinta blanca.

¿Cómo es posible que la crítica la sitúe unánimente como la mejor película que actualmente se está proyectando en las salas españolas?


¿Cómo se entiende que todos los críticos repitan como loritos la trivialidad de que allí –en ese Heimat, en aquella educación– arraigó la semilla del nazismo?

Poco más que un drama rural costumbrista y forzado sobre la maldad, la humillación y la violencia, pero sin la fuerza y la frescura de, por ejemplo, Los santos inocentes.

La verdad, casi me duermo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí te has pasao, lince. Seguro que no comiste algo que te sentó mal?

Letiallegro dijo...

Pues yo también comí algo que me sentó mal, opino lo mismo.
Creo que…Como el último traje del emperador: ¡El rey va desnudo!
¡Otro que ve y se atreve a decirlo!