Todo un alarde de imaginación y, cómo lo expresaríamos –¿singularidad?, ¿obsesión?, ¿psicosis creativa?–, con tal de no mencionar lo impronunciable.
Lo más ridículo de este diseño es que la carrera –que empieza en Vigo el 1 de septiembre y finaliza el 23 en Madrid– se precipita, tras su tercera etapa (Viveiro-Luarca), en esa especie de terra océana incognita que rodea a la comunidad-isla, satisfechamente separada de cualquier cosa que haya más allá de sus confines.
(visto en el blog de Santiago González)
5 comentarios:
Brilante, egregio, agudo, inteligete, irónico, perspicaz y sublime comentario. Además me he reido. Debo decirle,que ya supera usted al maestro Espada en muchas de sus entradas.
Posibelmente sexa necesario comezar por unha aseveración: o sentimento de Patria na Galiza é algo moi necesario para que o País exista. Sen unha adhesión sentimental e unha consciencia racional sobre a nosa realidade, tan agachada e negada, é moi difícil, por non dicer imposíbel, que manteñamos unha práctica consoante co que Galiza necesita.
Xuxo: conmovedor.
si no fuera de llorar, daría risa
Ay, pena, penita pena!
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