sábado, 5 de agosto de 2006

Diario del bloguero adolescente (II)

"Querido diario: ya no me agobio posteando; ya no vivo obsesionado con lo que colgaré mañana; ya duermo mejor.

Será el calor, será el "relajo vacacional"
(he oído esa expresión en la tele, lo juro!) o quizás, simplemente, que la bitácora acaba de enfilar su quinto mes y ya me estoy haciendo mayor.

El caso es que me instalé un contador de visitas que resulta entretenidísimo. Muy ilustrativo. Y también algo frustrante: los picos máximos de audiencia se producen cuando estos posts se despeñan por las sinuosas pendientes de la política y el sexo, puedes creerlo? Si hablo de medios de comunicación y todo ese rollo (revistas, periódicos, tendencias, la Red...), el interés decae, aunque se mantiene entre colegas y profesionales. Pero cuando me pongo lírico-fantástico (divagaciones, revelaciones, confesiones...) la audiencia sale huyendo. Este sería el resumen hasta la fecha:

* Top Day: 22 de julio (La niña perdida)
* Flop Post: 6 de junio (Una revista para leer)

Así pues, tranquilo. Estoy aprendiendo."

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Tiempo de estadísticas?
Picos de horas, líneas escritas, chicos- chicas, pirámides de edades. Buena suerte y que se entretenga usted

Anónimo dijo...

le imaginaba más crecido lince

Anónimo dijo...

flop, flop...

Anónimo dijo...

¡Los niños deberían jugar más y pasar menos tiempo ante las pantallas! ¿Es quee no tienen padres'

Anónimo dijo...

Sr. lince, ¿Para cuando un experimento de red social?.

Tengo entendido que los picos altos,en otros blogs, se alcanzaron de la mano de dichos experimentos...

Anónimo dijo...

Todo se reduce a sexo. Por debajo del neocórtex, la capa exterior del casquete pensante que nos hace inteligentes, racionales y políticos sexualmente, yace un cerebro primitivo, el reptiliano o límbico, que sólo piensa en procrear y difundir nuestros genes. Un profesor de biología y amigo personal, definía así al ser humano: órgano genital envuelto por una masa carnosa destinada a sus fines procreadores. Reduccionismo en estado puro. ¡Qué sería de nosotros si la cortaza cerebral no modulara -léase, reprimiera- las pulsiones que fluyen de las excitadas neuronas límbicas!

Anónimo dijo...

a veces da miedo usted, beriberi...