viernes, 3 de octubre de 2008


"El olvido no es un recurso fácil. No lo dispensa el abandono ni el ejercicio prolijo de la voluntad. Sobreviene inadvertidamente como el sueño, entregándose uno a él ya sin buscarlo, viviéndolo como acaso se vive una infancia, con la memoria libre, voraz, sin un asombro usado."


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Lynx, he perdido el password para acceder al código de desciframiento de mensajes encriptados, como me parece éste.

¿Y sólo los venden a través de Francia?

Anónimo dijo...

Yo lo compré por Iberlibro, e eurillos!
http://www.iberlibro.com/servlet/SearchResults?an=pilar+nasarre&sortby=3&sts=t&x=0&y=0

Anónimo dijo...

6 eurillos, quise decir

Anónimo dijo...

...hay quienes imaginan el olvido como un depósito desierto
una cosecha de la nada y sin embargo el olvido está lleno de memoria. (M. Benedetti, 1995)

Llevo todo el día dándole vueltas y no creas, es mas complicado de lo que parece. ¿Olvidamos realmente lo que queremos o proponemos, lo doloroso lo traumático? Pues sí y no.
Depende del tiempo, de la persona, y de la situación...

Olvidamos caras que hubieramos preferido recordar siempre. La de un abuelo, la de un amigo fallecido, la de aquel profe de literatura del instituto tan atractivo,...
Recuerdo aromas que jamás me propuse grabar en el disco duro, una comida, un perfume masculino, un champú, un paisaje que huela a tierra y a flores, un país...porque los países también huelen. A pobreza, a riqueza, a sequía, a humedad, a sol, a glamour, a suciedad, a polución, a desgracia, a felicidad.

¿A que huelen los días?. Los tristes, olerán a gris, a lluvia, a oficina, pero si estás de puta madre, huelen a fresa ácida, a melón,a sexo, a cabello recién lavado. Olvidamos lo que queremos, y lo que no también. El olvido es inevitable, o patológico como el alzheimer, o necesario como es mi caso.

Si el olvido tuviese un espacio físico como la papelera de una página de correo en internet, estaría lleno. Cabe la posibilidad de desterrar lo malo, lo dañino, lo perjudicial, de forma definitiva. La capacidad de hacerlo depende de nosotros, de nuestras ganas de pasar página, de perdonar, de asumir la culpa, de aprender de todo, lo positivo y lo negativo. No es fácil para nadie.

Anónimo dijo...

El olvido es la medicina , o mejor dicho, el placebo de lo imposible. Esperando impaciente a las fugas y raíces de Pilar. Por favor, mantenga informado a su club de fans!

Anónimo dijo...

Hoy me han hablado del relato más breve de la literatura universal, "El Emigrante" de Luis Felipe Lomelí:

"¿Olvida usted algo? -¡Ojalá!"